El Resumón profesionales en la desinformación

sábado, 26 de julio de 2014

A pesar de todo

                                          a pesar del tiro de Pinilla...

Me gusta el fútbol, aunque cargue con una mochila de frustraciones.
La primera, y quizá las más irremediable, es que nací malo para la pelota.
Cuando chico no me daba cuenta. Que un compañero se pasara a 3, mientras que  yo no me pasara a nadie, no me importaba mucho. Que el talentoso hiciera goles hermosos por montón, y yo uno de puntete, me daba igual. Que la mayoría diera pases con ventaja, y yo la tirara sin remedio para afuera, no me afectaba. Era feliz, lo  pasaba bien.
Pero al crecer todo cambió. La diversión pasó a la competencia. Ya no era chistoso verme tropezar  con el balón, ni pararla  con la cara, ni romper vidrios de la casa que estaba detrás del arco, ni dar pases a los testículos del compañero, ni cabecear con la nariz. Los “puta el ctm malo”, “pasa la pelota cul..” o “se marca solo ese wn”  se volvieron comunes.
Estar entre los tres últimos en ser elegidos para las pichangas – siempre hay uno peor que uno-, obligó mi retiro.
Pero no fue un retiro sin logros. En un campeonato que disputamos en una cancha de tierra ,hoy de pasto,  obtuve el premio al mejor jugador del campeonato. El diploma adorna hoy mi pieza.
La premiación fue así:
Profesor de fútbol: “este premio es para el mejor jugador del campeonato. No es SOLO POR EL TALENTO PARA JUGAR, NI POR LOS GOLES HECHOS, NI POR LA HABILIDAD CON LA PELOTA. Es por un todo. Por ser empeñoso, ordenado, disciplinado y siempre jugar para el equipo”.
En pocas palabras el profe estaba diciéndome malo culiao, pero buen tipo. Quizá hizo énfasis en eso, para que no le lloviera las críticas por parte de los talentosos, que realmente aportaron en ese campeonato.
Recibí el diploma, mas no me sentí lo orgulloso que debería. Igual mi mamá terminó enmarcando la weá, así que no quedó otra que colgarla en el muro de la pieza, junto con otro montón de diploma de dudoso mérito. Igual entiendo a mi madre querida, debe ser frustrante tener a un hijo como yo. Ese diploma debió ser una alegría, quizá hasta pensó que estaba haciendo una buena labor como madre. Ingenua
Hoy disfruto jugando al arco. No llegué ahí por lo malo. Bueno, quizá en parte. Pero siempre me gustó el puesto, y dos años después de mi retiro, volví a las canchas como portero. No se necesita tanto talento. No me paso a nadie. Y además, tan mal no lo hago. Si me llega un pelotazo en la cara, o en la guata,  cuenta como atajada, y no como “aprende a parar la pelota”. No genera enojo ni risas, sino un “buena atajada”. Es una  gran ventaja. A pesar de mi falta de talento, puedo disfrutar.
Otra frustración que me genera el fútbol es mi equipo. Soy hincha de la Universidad Católica, equipo que me ha entregado un sinfín de subcampeonatos, y solo 4 campeonatos.
Ser de la cato es un castigo. Seguro en una vida pasada fui Hitler, la mamá de Hitler,  o espermatozoide que se dejó pasar para que llegara primero Hitler al óvulo. Cuando eres hincha de un club grande, pero con alma de chico, se pasan pura rabias. Siempre se es protagonista, pero rara vez el protagonismo es bien recompensado con un logro. Pero bueno, cambiemos de tema, me dio frío.
La amargura más reciente me la entrega la selección. Nos tocaron los peores rivales posibles, y pasó lo que era lógico: perdimos con Brasil. Como si la mala fortuna de nacer en un país futbolísticamente regular  no fuese demasiado castigo, el azar (o la FIFA) nos pone en el camino el peor escenario posible. Y cuando el destino parecía cambiar, los palos dijeron otra cosa.
Se pueden atravesar definiciones a penales o segundos lugares, demasiados segundos lugares,  pero las alegrías, quizá pocas, se siguen disfrutando
La alegría de cuando la UC  convierte un gol, gana un partido tras otro,  cuando es favorita, a pesar de que en la fecha final se olvidan de todo.
 O la alegría de ver a la selección haciendo sudar a las mejores selecciones del mundo, jugando un juego hermoso, a pesar de que el resultado siempre es el mismo.
O la alegría de tapar un balón, a pesar de que sea con las bolas.

Porque pesar de todo,  me gusta el fútbol

6 comentarios:

Anónimo dijo...

DON MARCELO BIELSA, CHILE LE AGRADECE

yk dijo...

siempre #viudo

Fox dijo...

Interesante deporte. Cuéntame más

Unknown dijo...

Te faltaron los titulos con bodega

yk dijo...

Solo participé en un título :/

Maty dijo...

Tremendo compadre!! El karma que tenemos los malos que amamos el fútbol !